jueves, 15 de julio de 2010

La meditación y sus efectos



Aprende a meditar y reduce tu estrés La meditación se practica desde hace más de 3.000 años en el mundo Oriental. Sin embargo en los últimos años se ha puesto de moda en Occidente.
Ayuda a reducir el estrés y puede aliviar el dolor producido por diversas enfermedades.
Quizá, lo más sorprendente, es que para meditar lo único que no hay que usar es la mente. El verdadero estado de meditación se alcanza cuando se ‘apaga’ el cerebro. .
El Reiki
Una de las más conocidas es la meditación ‘Reiki’: ayuda a conseguir la relajación y está especialmente pensada para los que les cuesta desconectar.
El ‘Reiki’ consiste en canalizar la energía universal o espiritual para armonizar cuerpo y mente.
Cualquier persona puede practicar el Reiki, no se trata de un don especial. Se usa para dolores y lesiones, pero también para curar el insomnio o el estrés. Es un paso previo a la meditación. El Reiki es una palabra japonesa que significa “Fuerza Vítal Universal", propone relajarse, canalizar la energía y armonizar cuerpo y mente
El Reiki es una palabra japonesa que significa "Fuerza Vítal Universal" y se traduce como la esencia de lo que somos como seres humanos. Relajarse, canalizar la energía o armonizar cuerpo y mente es lo que propone ¿Te apuntas?
El origen del Reiki
El Reiki nació a finales del siglo XIX. Lo creó el Doctor Usui, un catedrático y monje japonés que se convirtió en el primer Maestro de Reiki después de muchos años de estudios en la India, Japón y el Tibet. Consiste básicamente en técnicas que ayudan a canalizar la energía y que pueden servir para relajarse o para paliar los efectos de determinadas enfermedades.
¿Cómo se realiza? Las palabras claves
El Reiki está basado fundamentalmente en el poder de determinados tantras, que son frases que se repiten para lograr el equilibrio y la tranquilidad del espíritu.
Estas técnicas permiten desbloquear energías, canalizándolas a través de los chakras. Los chakras son puntos de nuestro organismo que canalizan toda la energía del cuerpo.
¿Para qué sirve el Reiki?
Es útil para reducir el estrés, ayuda a la relajación, y se utiliza como complemento de aplicaciones terapéuticas. Puede aliviar dolores físicos, lesiones, fracturas o infecciones, y a la vez puede solucionar problemas emocionales.
En la actualidad hay aproximadamente unos 200.000 Maestros Reiki en todo el mundo y su difusión es cada vez mayor. Muchos profesionales de la curación como terapeutas físicos, psiquiatras, psicólogos, etc, han empezado a combinar Reiki con los métodos de curación que usan habitualmente.
Otros tipos de meditación
Existen distintos tipos de meditación:
-La meditación puede ser analítica, conocida también como contemplación, puede ir asociada a algún tipo de estudio o análisis de un texto.
-La meditación de emplazamiento es la más extendida e incluye prácticas de relajación.
-También existe la meditación guiada, una de las más difundidas en Europa en la que un guía nos conduce por un recorrido mental.
Beneficios de la meditación
La meditación produce cambios en el cerebro asociados a emociones positivas. Puede incluso mejorar nuestro sistema inmunológico por la generación de endorfinas. Los estudios neuronales han demostrado un incremento de actividad en el lóbulo frontal izquierdo, que es donde residen.
Aquí las posturas también son importantes
Lo mejor es escoger un lugar silencioso, ventilado y ordenado.
Hay que tomar una posición cómoda: se puede estar sentada con las piernas cruzadas al estilo oriental o acostarse boca arriba, con las piernas estiradas y los pies juntos.
Si quieres puedes encender un par de velas y una varita de incienso para crear un ambiente más relajado.
¿Te notas nerviosa, irritable, cansada o estresada? Aliviar esos síntomas es más fácil de lo que parece y además lo tienes al alcance de la mano. Basta con que todos los días le dediques unos minutos a respirar bien para liberar todas tus tensiones interiores y obtener una agradable sensación de bienestar.

Como buenos occidentales que somos, respiramos mal y hacemos lo que podemos con ese asunto de meter y sacar aire. Sin embargo, una buena respiración es esencial para relajarse, así que debemos aprender a hacerlo correctamente. El primer paso consiste en saber respirar profundamente para oxigenar todo nuestro organismo. ¿Cómo? Pues llenando con amplitud y regularidad nuestros pulmones, elevando el abdomen al inspirar por la nariz, reteniendo la respiración unos segundos y espirando lentamente. Una vez que domines esta sencilla técnica podrás empezar a practicar otros ejercicios respiratorios que te ayudarán a sentirte como una rosa.

Cómo prepararte
En primer lugar, recuerda que para que estos ejercicios sean efectivos debes practicarlos una o dos veces al día durante unos 15 minutos, en un ambiente tranquilo, con temperatura y luz moderadas, y a primera hora de la mañana si es posible. Además, prepárate mentalmente teniendo en cuenta que:
- Es un momento sólo para ti, pero cuyos beneficios vas a compartir con los demás.
- Te mereces unos minutos de tranquilidad y paz, así que procura que no te interrumpan.
- Tu postura debe ser relajada, preferentemente tumbada, o sentada y de pie siempre con la espalda recta.
- Usa ropa cómoda, que no te oprima.
- Pon una música suave, enciende una vela aromática o un palito de incienso e imagina que estás en un bello lugar.
Prueba las técnicas más relajantes
Algunas de las técnicas respiratorias más aconsejadas para desterrar tensiones y problemas son:
- Respiración abdominal: Tendida boca arriba con la espalda recta, estira las piernas, separa e inclina los pies hacia fuera y coloca las manos justo debajo del pecho. Inspira mientras cuentas hasta cinco e hincha la caja torácica. Espira suavemente.
- Respiración de pie: Levanta los hombros y coloca una mano sobre el pecho y otra sobre el estómago. Inspira lentamente intentando que se mueva primero la del estómago, haz una pequeña pausa y deja salir el aire, aún más lentamente, también por la nariz.
- Respiración visualizadora: Acuéstate y cierra los ojos. Concéntrate en tu respiración profunda y percibe simplemente el aire que inhalas y exhalas mientras te dices: "Estoy bien, estoy relajada". Piensa también en que el aire que entra en tus pulmones es energía positiva y que al salir se lleva todas las tensiones.
- Respiración tranquilizadora: Coge aire por la nariz, sostenlo y suéltalo, contando hasta cuatro en cada fase. A medida que mejore tu capacidad pulmonar, aumenta de cuatro a seis y finalmente a ocho tiempos cada fase.
- Respiración revitalizante: En cualquier posición, realiza una inspiración lenta y profunda y mantén el aire unos segundos. Forma un pequeño círculo con los labios y deja salir una parte del aire poco a poco, pero con cierta fuerza. Detente unos instantes y expulsa el resto del aire, de la misma manera.
¡Suspirar también elimina tensiones! Toma el máximo de aire que puedas y suspira profundamente emitiendo sonidos de alivio a medida que el aire va saliendo de tus pulmones.